Desde pequeña, Ann soñaba con tener su propia heladería. Su fascinación por el producto la llevó a San Pietro, en Italia, donde siguió un cuso sobre el gelato. Trajo esos conocimientos de vuelta a Gante, donde pone su pasión y artesanía al servicio de los habitantes.

Aquí probará helados artesanales de la más alta calidad. Para la elaboración de sus helados Ann intenta usar en la medida de lo posible ingredientes de cultivo propio, tales como frambuesas y moras de su propio jardín. Además, añade a sus helados frutos secos recién tostados de la mejor calidad.